Tomado de Diario Expreso

El gobierno de Rafael Correa ha captado onerosos ingresos desde que inició su gestión, producto de las rentas petroleras y la recaudación de impuestos.

Según el Banco Central del Ecuador (BCE), desde enero de 2007 a febrero de este año, esos rubros generaron flujos por 49.910 millones de dólares.

La cifra récord, en términos nominales, supera en 15 mil millones a lo que percibieron los regímenes previos, entre ellos, Lucio Gutiérrez y Gustavo Noboa, entre el 2000 y 2006. De acuerdo con los especialistas, los ingresos fueron estimulados por el alto precio del petróleo, que se ha revalorizado en los mercados internacionales, por una mayor demanda. También por la dinamia en el flujo de la recaudación de impuestos. La ventaja económica que el presidente Correa ha tenido frente a otros gobiernos ha sido blanco de críticas por parte de expertos quienes cuestionan la forma en cómo se han destinado los recursos.

Mauricio Pozo, exministro de Finanzas, reconoce la inversión que el régimen está realizando en obra pública, como en el sector de la educación y salud, pero asegura que ha sido mínima si se la compara con los recursos que ha encaminado al gasto corriente, como el pago de salarios para los funcionarios estatales.

«Dos tercios del total del gasto público se han destinado al gasto corriente donde se incluye a los subsidios y un tercio ha ido a gasto de inversión o de capital. La plata se la ha gastado en algo que no va a generar crecimiento en un futuro», explica el exsecretario.

Según el Ministerio de Finanzas, el Estado ha direccionado 18 mil millones de dólares en gastos corrientes para los dos últimos años fiscales (2009 y 2010).

El primer mandatario admitió, el pasado 18 de junio, que su gestión ha contado con recursos considerables, pero aseguró también que está realizando importantes colocaciones en infraestructura. Solo para este año anunció una inversión en el sector público que ascendería a $ 23.803 millones.

Otra parte de esos ingresos ha sido explicado por las captaciones de impuestos, que, entre 2007 y 2010, pasaron de 5.144 millones de dólares a 7.864 millones de dólares, es decir, un incremento de 52%.

Xavier Rodríguez, director del Instituto de Investigaciones del Colegio de Economistas del Guayas, destaca que las leyes y reformas tributarias impulsaron una mejor recaudación tributaria, lo que contribuyó al incremento de los ingresos corrientes (impuestos). También dice que aquello se dio a partir de la aprobación de la Constitución del 2008. «La nueva Carta Magna incrementó a 20, el número de sectoriales (división del componente del presupuesto General del Estado) para fortalecer la estrategia del Gobierno, lo que hizo que los ingresos corrientes aumentaran en un 42%».

Pozo insiste en analizar cómo ha sido la estructura del presupuesto presionado porque los gastos han superado a los ingresos. «Aunque históricamente el sector público había tenido superávit, contrario a lo que sucede en el 2007-2008, que empieza a registrarse déficit, pese a que ha habido plata. El incremento del gasto público ha ido más allá del aumento de los ingresos», agrega.

El analista económico, Walter Spurrier, en su publicación de Análisis Semanal, también se muestra sorprendido «del insaciable apetito» que el Gobierno muestra ante los recursos.

Critica que en una época, con magnos ingresos, se esté aplicando una nueva política impositiva, con la creación de tributos para los autos, botellas y cigarrillos. Así como un alza de la tarifa eléctrica. «Una explicación (de esta medida) es que el Gobierno desea que los ingresos tributarios cubran el gasto corriente», dice.

Aunque Rodríguez resalta que las prioridades del Gobierno para la inversión se enfocan en el sector social, productivo y estratégico. «Hay que tomar en cuenta que el país está invirtiendo en generar mayores recursos y una inversión que incluye al componente humano. Se está generando capacidad productiva para generar más dinero en un futuro».

Lisbeth Zumba R. – Redacción Guayaquil